La participación de los adultos en alcoholización de nuestra juventud

Por Wara Gonzalez  M. Ed.
Educadora, Directora General del colegio Kids Create y American School of Santo Domingo

He escuchado y sigo escuchando de boca de adultos supuestamente responsables — ciudadanos honrados con cuentas bancarias, responsabilidades financieras y familiares,  títulos universitarios y buenos empleos, personas que rezan antes de irse a dormir y van a la iglesia los domingos — el siguiente estribillo: “Yo a mis hijos les enseño a beber.” Y siempre me he preguntado en qué consiste ese pensum. ¿Cubren todo tipo de bebidas alcohólicas? ¿Hay exámenes? ¿Pruebines? ¿Con qué notas se pasa? ¿Con qué notas se queman? ¿Cómo es la clase? ¿Tipo conferencia, taller, laboratorio, o una combinación de las tres?

De una cosa estoy segura: las clases no están surtiendo efecto. O bien estas madres y padres maestros necesitan revisar sus técnicas, o la clase per se es una mala idea. La evidencia está a la vista de todos: pre adolescentes y adolescentes que deben ser hospitalizados por intoxicación; quinceañeros borrachos alardeando de su borrachera; fiestas escolares en casas de familia en donde los padres anfitriones ponen a disposición de sus invitados gran variedad de bebidas alcohólicas; fiestas de promoción de reconocidos colegios donde las mismas madres delegadas se ocupan de conseguir el alcohol que consumirán sus hijos; las fatalidades de tránsito, las adicciones, las promesas truncadas.

La razón que esgrimen estos pedagógicos adultos para suministrar alcohol a sus hijos e hijas menores de edad es un absurdo capital: “No se lo podemos prohibir, porque lo harán como quiera. Para que lo hagan en la calle, mejor que lo hagan en la casa”. Se me ocurren otras muchísimas cosas que no le podríamos prohibir a nuestros hijos e hijas bajo el pretexto de que lo harán como quiera una vez estén en la calle: pasarse los semáforos en rojo, copiarse en un examen, vandalizar la propiedad pública, irrespetar la propiedad privada, contratar los servicios de prostitutas, resolver las diferencias recurriendo a la violencia verbal o física, ignorar los deseos de una chica que repetidamente te ha dicho que no… ¿Les enseñamos en casa cómo hacer todas estas cosas ya que, potencialmente, igual las harán en la calle?

Por supuesto, están los padres que rehúsan meterse en tantos jardines y se justifican más simplemente: “Siempre ha sido así, es lo normal aquí”. Tristemente, lo normal también es tirar basura en la calle, golpear a tu pareja sentimental, y acosar a las mujeres que caminan solas por la vía pública.

Nuestro país está alcoholizado y los mayores responsables son los padres y guardianes que han contribuido a normalizar el consumo de bebidas alcohólicas entre menores de edad. No existe fiesta de 15 años, reunión juvenil, juntadera, ágape, y kermés que pueda siquiera ser concebida sin la presencia de por lo menos cerveza. Comercios y expendios de todo tipo venden bebidas alcohólicas a menores de edad sin el menor reparo, un crimen por el que nadie vela y que no se castiga. Los medios, las familias, los padres, muchos centros educativos, la sociedad, en suma, se ha rendido ante la idea de que divertirse, de que pasarla bien, son equivalentes a beber alcohol.

Quizá lo que no entienden los padres y madres que les “enseñan a beber” a sus hijos es que no sólo los inician en el consumo de una sustancia que ocupa el puesto número siete entre las drogas más adictivas que existen — más adictiva que las benzodiazepinas y las anfetaminas normales, y un poco menos adictivo que los barbitúricos y el crystal meth — sino que contribuyen de manera importante a perturbar el desarrollo del cerebro de sus hijos, lo cual no termina en la adolescencia, sino que continúa bien entrada la joven adultez.

De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, el consumo de alcohol por jóvenes es una preocupación de salud pediátrica. Ha sido científicamente comprobado que el consumo de alcohol a temprana edad está asociado a futuros problemas relacionados con el alcohol. Datos recabados por el National Longitudinal Alcohol Epidemiologic Study demuestran que el predominio de la dependencia alcohólica y el abuso del alcohol exhibe una disminución a medida que aumenta la edad del primer consumo. Jóvenes que empiezan a consumir alcohol a los 12 años y antes, muestran un 40.6 por ciento de predominio de dependencia alcohólica de por vida, mientras que para los que consumen alcohol a partir de los 18 años el predominio será de 16.6 por ciento. A partir de los 21 años el predominio disminuye a 10.6 por ciento.

Igualmente, el predominio de abuso del alcohol de por vida es de 8.3 por ciento para aquellos que comenzaron a consumirlo a los 12 años y antes, 7.8 por ciento para los que empezaron a consumirlo a los 18 años, y 4.8 por ciento para aquellos que empezaron a consumirlo a los 21 años.

A la vista de estos números, la actitud de muchos adultos frente al consumo de alcohol de sus hijos pasa de ser irresponsable e ignorante, a letal y delictiva. Que el alcohol se haya enquistado en muchas de nuestras prácticas culturales no lo hace menos dañino, y ciertamente no lo transforma por arte de magia en un agente inocuo e inofensivo. Al contrario: mientras más “normal”, “cultural”, e “idiosincrático” se le considere, más fácilmente podrá entrar en las vidas de nuestros hijos e interrumpir su buen desarrollo y su crecimiento.

Como sociedad siempre estamos prestos a corregir aquellos elementos de nuestro entorno que van en detrimento del buen orden de las cosas y de nuestra felicidad. El abuso del alcohol, sembrado en nuestros ciudadanos desde temprana edad precisamente por aquellos que están llamados a velar por su salud, es uno de estos elementos que ameritan revisión y corrección.

Nuestros hijos e hijas no necesitan “aprender a beber”; lo que necesitan es información confiable sobre los efectos del alcohol en sus cuerpos, articulada en el lenguaje de la prevención. Mucho cuidado la próxima vez que sientas la tentación de “enseñar a beber” a tu hijo o hija, porque lo más probable lo único que logres es condenarlos a los problemas que pretendías evitar.

31 comentarios

  1. Muy bien dicho! Excelente reflexión, ojalá nos sirva y ayude para mantener la coherencia al educar a nuestros hijos en todos los aspectos de sus vidas…por y para su bien!

    Me gusta

  2. Me encanto! Muy de acuerdo y creo que si los padres entendemos esto y mejor les informamos nos evitariamos muchos problemas!! Tomando nota desde ahora para cuando me toque a mi!

    Me gusta

  3. Excelente artículo. Mensajes como éste es el tipo de posteo que se debe compartir y viralizar en redes sociales.

    Es el segundo artículo que leo de la autora y la verdad es que sus escritos no tienen desperdicio. Enfocados, bien fundamentados y que invitan a padres y adultos a reflexionar. ¡Felicitaciones!

    Me gusta

  4. Felicidades Wara por este tan importante aporte. Cuantas verdades y cuánto falta por concientizar.

    Me uno a tus sugerencias de que al rol parental lo que le compete es mostrarles las crudas realidades que trae consigo el uso y el abuso de alcohol y unirnos a la prevención del uso de alcohol a temprana edad. Gracias!!

    Me gusta

  5. Estoy de acuerdo en que no hay que enseñarles a beber a los jóvenes, pero no estoy de acuerdo con la argumentación….. yo fume y bebí desde joven, a pesar de que me lo prohibieron……lo hacíamos a escondidas, y creo que mirando atrás responsabilizaría en primer lugar a las juntas, y en segundo lugar al poco incentivo por no hacerlo…. es decir, creo que los padres juegan un papel fundamental, en explicarle a sus hijos los efectos perjudiciales del cigarro y el alcohol, lo cual puedes potenciar si haces que tus hijos practiquen deporte y vean una afectación directa de ambas drogas al estado físico de la persona…. Así mismo, personas con mucha seguridad y personalidad tienen menos razones de consumir cigarro y/o alcohol, ya que muchos lo hacen para ser aceptados en el grupo… La responsabilidad está en los padres, pero no es algo que resuelves en una conversada con tus hijos…realmente ellos deben tener confianza en los padres, una buena relación, tener seguridad de si mismos para que esto tenga un mejor final….

    Me gusta

    • Totalmente de acuerdo contigo, para «evitar» que los jóvenes abusen dw cualquier sustancia tóxica o desarrollen otra adicción… La solución no está en querer hacer un mundo ideal al crierio de algunos, es como querer «tapar el sol con un dedo».
      Efectivamente el consumo de alcohol en los jóvenes esta terriblemente alto pero ya que a quien escribió la nota le gustan las estadisticas porque no invetiga a cuántos de esos niños les «enseñaron a beber» ? La la gran mayoria lo hizo sin que los padres lo autorizara o supiera!!
      Hay que ayudrles a tener fortaleza emocional y a formar criterios para que en el mundo Real sepan condicirse por ellos mismos.

      Me gusta

  6. Fantastico artículo. En las charlas del colegio al cuál pertenecen mis hijos, conel Lic. Vicente Tapounet, que dicho sea de paso tiene un mensaje de cero tolerancia a esa práctica de «enseñar a tomar» en casa, las interrupciones de los padres son repetidas e insisten como si no se entendiera, buscando apañar su decisión o quizás como los mismos muchachos cuando saben perfectamente la respuesta a un permiso y continuan insistiendo porque muchas veces confían en que se gana por cansancio.

    Me gusta

  7. Excelente artículo!! Es definitivo el papel de los padres, y como alguien menciona en un comentario anterior, no sólo es conversar (lo cual ayuda y demuestra la cercanía, confianza y comunicación efectiva en la familia), si no darles el ejemplo. Muchos de esos padres «comprensivos», «buena onda», etc., son bebedores sociales e inclusive alcohólicos, pero que principalmente no se sienten con una vida o conciencia ejemplar en este tema. Lamentablemente para nuestra sociedad se ha «normalizado» el consumo de alcohol: he visto que pequeños de 2-3 años «brindan» con su biberón o vasito de leche y toda la familia lo festeja porque es normal, he visto que el papá lleva a la graduación de bachillerato el licor para su hijo y amigos cercanos dando pie a burlarse de los chicos que no toman y así infinidad de ejemplos preocupantes. Se trata de documentarse
    y sí hablar, pero también de actuar, de mejorar, de ser congruentes y dar un buen ejemplo.

    Me gusta

  8. Muchas gracias por tan importante comentario, me siento identificada con esa forma de pensar y actuar, creí que estaba sola pero veo que hay muchas más personas que trabajan por mantener una buena comunicación con sus hijos. :). A nosotros nos ha funcionado muy bien.

    Me gusta

  9. Totalmente identificada con el artículo. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Cuidemos a los chicos y no les adelantemos situaciones que irán viviendo en su momento. También pienso que es clave que los chicos «comprendan» esta información y no solo nos limitemos a prohibirles cosas. Mucho tenemos que ver los padres de trabajar » todos a una». 👍

    Me gusta

  10. Muy buena información, para padres de chicos de todas las edades, por mi parte empiezo a inculcar cero tolerancia a al alcohol y drogas a mis pequeñas de 7 y 9 años con ejemplos de lo que les puede ocurrir por su consumo, y al parecer lo entienden muy bien.

    Me gusta

  11. De acuerdo 100% el cerebro no está maduro hasta los 21, la.la adolescencia es como mucho se ha dicho falta de…. así que si combinamos la biología con la psicología deberíamos los adultos aprender que nones correcto someter a un pequeño a sustancias tóxicas. Por otro lado yo le doy gracias a Dios por permitirme estar aquí compartiendo ya que el hecho de que me salvo de muchas y no paso a mayores no es regla ni justifucacion para arriesgar a los pequeños de ninguna manera. Es un hecho no se debe someter a un niño adolescente a ningún tóxico de manera consciente de hecho es una inconciencia

    Me gusta

  12. Me pregunto que estan haciendo las escuelas, colegios privados y universidades en ofrecer a sus estidiantes programas de prevencion de alcohol y otros drogas
    Y que se hace a nivel legislativo en crear leyes que penalizen a adultos que proveen alcohol a menores

    Me gusta

  13. Enseñarlos a beber alcohol , no quiere decir darles de beber hasta embrutecerlos, enseñarles a beber es conocer los limites , conocer las bebidas (que no les den una bebida adulterada o con otras substancias )
    enseñarlos a beber es apreder a decir ya no , aprender a decir ahora no manejo , no todo es solamente negativo, tambien hay que ver las cosas de todos los puntos de vista

    Me gusta

  14. Curiosamente yo he notado que quienes justamente pierden el control con el alcohol son aquellos chavos que lo tienen absolutamente prohibido por los padres. Considero que en efecto es absurdo e irresponsable que menores de edad consuman alcohol. El chiste es no el enseñarles a beber sino enseñarles a ser responsables de sus actos, pero al hacerlo algo completamente prohibido y manejarlo como tal es contraproducente. Aclaro que yo no proporcionó bebidas alcoholicas a menores en eventos sociales, pero si estoy al pendiente de aquellos que lo han hecho, ya que siempre logran meterlo de contrabando a donde sea.

    Me gusta

  15. El consumo de alcohol o cualquier droga esta directamente relacionado con la sensacion de felicidad que se produce al inhibir nuestra capacidad de pensar al consumirlos. La falta de autoconocimiento sobre nuestra psique hace caer en las garras del alcohol o droga como puerta falsa a la felicidad, de aqui surge la adiccion, a quien no le gusta la sensacion de felicidad. El problema real es la falta de valor para enfrentar el autoconocimiento.

    Me gusta

  16. Lo mas importante es dar el ejemplo,los padres deben dar el ejemplo de no fumar,no bebidas alcholicas.Es importante enrumbar a los hijos hacia el deporte:atletismo,basquet,natacion,etc,,de tal manera que se alejen del alcohol y de las drogas.Es un hecho que el alcohol y las drogas causan un daño irreparable en el cerebro.
    Los padres que permiten el consumo de alcohol a sus hijos,estan reduciendo la capacidad intelectual de sus hijos, demostrando que no los quieren.

    Me gusta

  17. No y no! Yo no estoy de acuerdo que un padre o una madre se alcoholize con su hijo para mi es perverso y distorcionado , no puede ser es indignante que sean los mismos padres que fomentes las drogas legales a los hijos. Algunos padres presumen y se sienten orgullosos porque un vínculo emocional con el hijo pero es un crimen aceptar que tu hijo se alcoholize junto contigo.

    Me gusta

    • Darle alcohol a los hijos es una irresponsabilidad.Un padre responsable no le da alcohol a sus hijos salvo que sea un alcoholico.Esta demostrado cientificamente que el alcohol disminuye la capacidad del cerebro de razonar adecuadamente.En realidad el ejemplo tiene gran influencia,los padres debemos dar el ejemplo a los hijos y conocer quienes son sus amigos y los padres de sus amigos.

      Me gusta

  18. En nuestra familia simplemente nadie consume bebidas y lo tenemos prohibido por nuestra Fe.
    No tenemos ningun problema ni con alcohol ni con drogas. De chicos tuvimos que enfrentar presiones, pero sorprendentemente la gente rapidamente reconoce por que alguien quisiera abstenerse de este mal.

    Me gusta

  19. Una pregunta sobre el artículo, ¿qué opinión le merecen las familias de ancestro europeo que tienen como tradición permitir el consumo de cerveza o vino a sus hijos menores en pequeñas cantidades?

    Por otro lado creo que se generaliza un problema de la sociedad, incluyendo a quienes de alguna manera quieren advertir sobre los efectos del alcohol a sus hijos. En el artículo se dice «pre adolescentes y adolescentes que deben ser hospitalizados por intoxicación; quinceañeros borrachos alardeando de su borrachera;» estos pre adolescentes y quinceañeros ¿son hijos de las familias que les «enseñan a beber»? ¿hay evidencia de ello?

    Me gusta

    • Definitivamente Alejandro las variantes culturales , así como socio-emocionales y genéticas tienen un importante peso en la adicción al alcohol. Hay muchos estudios que muestran indicadores de que la practica de enseñar a beber puede tener consecuencias no deseadas . La SSA (Society for the Study of Addiction) menciona lo sifuiente en unos de sus estudios,(las siglas AFD se refieren a Alcohol First Drink) : Earlier AFD was associated significantly (P < 0.05) with increased risk of later alcohol use disorders, nicotine dependence and illicit drug dependence, and was associated marginally (P < 0.10) with cannabis dependence, but not depression or anxiety disorder. Personalmente pienso que debemos enseñar a nuestros hijos y educarlos sobre los efectos del alcohol, no necesariamente ofreciendo probar el alcohol, porque si asumimos esta postura , entonces por que no enseñar a fumar , enseñar a consumir cocaína, entre otros…

      Le gusta a 1 persona

  20. Actualmente es casi imposible hacer una fiesta sin alcohol.Los primeros en llevar alcohol son las autoridades o padres de familia lamentablemente,es una realidad. En los presupuestos siempre incluyen una partida para

    bebidas alcoholicas.

    Me gusta

Deja un comentario